Pasamos al lado de distintas épocas con sus bailes de piedra el magnífico vértigo de la materia en su proceso ante el desgaste etéreo hasta quien sabe cuándo las serenas moles alunizan imponiendo sus trajes agrietados pequeñas plazas, fuentes indecisas casas de penumbras maceradas la misma luz que brilla en las manzanas serpea en el mendigo Las voces del coro estaban afirmando que si alguien te ama debes golpear con una piedra tu pecho agradecido todo integrado en horca y abalorio torturarte si crees que te aman un bíblico refrán y una torpe certeza -cada ciudad dice que si, grita que no- y ella juraba que nadie podría resolverlo porque jamás será sencillo el vasto tema es muy fácil saber que no te aman las obras que hablan de amor son tan visibles como la palabra “tierra” en la luz del faro y el efecto colateral en la palabra “esfinge” El vocerío del coro con su aburrido aliento dejé de oír, pero el caso seguía ella miraba sarcástica las sillas, los emblemas un giro inapropiado para siempre aquella soledad entonces bebimos agua de una fuente antiquísima y no sé por qué nos pareció confiable
Del libro Ogni città dice di sì, grida di no: Cada ciudad dice que sì, grita que no, editado por Borella Edizioni, edición bilingüe. Milán. Italia, 2021.
