Soñé que los sueños no eran verdad
.
Este corazón desarropado
sin cuerpo qué ponerse
flota en las calles de los sueños
que jamás se caminan de regreso
Esos ojos rodando entre la sangre
Esos ojos que miran lo de adentro
Esos ojos de tuétano
Esos ojos que nos hemos tragado
hasta el fondo de lo agrio
.
Hay cocinas muertas, fogones polvorientos
Y el corazón se cree gallina perseguida sobre las cenizas
.
El sueño abruma con su país anónimo
aparecen familiares, amigos, novias y conflictos
.
que no son de uno pero que reconoces como tuyos
la abuela inventa una luna de harina
en rezar amoroso y tú espantado
sin saber quién es ella
volteas porque te dan una palmada
y eres el hombre que te está palmeando
y acaba de llegar
.
No te puedes quejar de los sueños
Nadie puede consolarte por un sueño
Los sueños no son legales ni ilegales
Los sueños son tuyos pero nunca podrás retenerlos
Su jaula eres tú
Su pájaro eres tú
Alma buscando espíritu en un paladar de olvidos
.
Los sueños giran sin destino en el carrusel de la mente
La boca intenta pronunciarlos y describirlos
El corazón aspira predios de palpitación
en la calle imaginada
Donde el sol no deslumbra
porque los sueños no tienen mediodía
El sueño todo es un pecho sin cuerpo
.
un corazón baldío
pero sentir es inevitable
dormidos o despiertos hay que someterse a los embates
de lo que parezca suceder
Todo está dicho sin que se conozca el por qué
Todo está ciego sin que la luz lo sepa
.
Dos
Tiene que haber un sueño de otra gente
Donde vives prestado
Como el jirón de un trapo en una llama
Aunque busques rincón en las sombras de la lechuza
permanecer dormido es más costoso que resucitar
inmóvil como laja que se ensucia esperando
El hombre que se vuelve piedra sabe a charco
De sangre mariposeada
En una misma noche somos pared hendida de alacranes
Y cuerpo recostado
El sueño es una fe sin osamenta
Y la piel es una luz por apagarse
.
Tres
Los peces muertos hace siglos y los dinosaurios diluidos
Deberían formar una montaña
Y los mares antiguos deberían haber colocado cementerios de sirenas
En una montaña
las flores montañeras
son canciones mudas
por cada sirena hay una flor
una montaña no es una montaña
si todas las fuerzas
Que se han ido
No han dejado sus besos en el barro
.
El amor debería ser una montaña
Cundida de árboles cuyas raíces agarren las piedras
Como si fueran a tirarlas
Y que cada piedra esté cubierta de semillas
Y que de cada semilla crezca una montaña
.
Llena de árboles entusiasmados
y que cada árbol
Contenga un nido
Donde cada pájaro
lleve en sus garras diminutas
Un cielo
Y que cada uno de esos cielos
Se exprima en lluvias desesperadas
Y que cada gota que caiga
Alimente esta montaña dolorosa
Que cargo para arriba y para abajo
Porque soy en los sueños la raíz más trémula que he visto
.
Cuatro
Los sueños que no se olvidan
Parecían mejores
Las ilusiones maduraban bajitas
Y uno se desplazaba eufórico en un campo
Donde nada es terrible
Las personas de los sueños que no se olvidan
Eran singulares y jamás vistas
Uno podía caminar sin brújula
Y sin escalofríos en la espalda
Yo no pertenecía a sus recuerdos
y también resultaba original
porque todos estábamos soñándonos
.
El pueblo que se sueña no interviene
quizás uno es un ángel para su entendimiento
a lo mejor uno es tan invisible
y tan difunto
que ellos no saludan ni conversan
porque están rezando
.
porque están suplicando
para que la tormenta de arena de los sueños
no sople más sus calles.
.
Cinco
Al despertarme vuelvo a ser
El de la taza de café
El que necesita saber la hora
No sé quién era
la persona que me amaba tanto
En el sueño que viví
de siglo condensado
Su rostro se me escapa como en un desangrar
Y aquella persona que quería asesinarme
¿quién era? No debería olvidar tampoco
al asesino.
.
Seis
Esta es una era devastadora
De inmediatez endémica
La ignorancia y el crimen
Son los postres de una última cena
Púrgate de ilusiones
Si vas a seguir tragando publicidad
Esta época es una improvisada letanía
Una degeneración de epopeyas y de heroismos
Un bagazo verbal
Un desamor interpretando goces
Quién pudiera ver un alma frente a frente
yo la vería hasta oler su aliento
Y no esperaría ningún alivio
Ningún milagro para estas manos alegóricas que viven
Agarrando la orilla de la carne
Yo creo que estoy equivocado
Yo creo que soy culpable hasta las uñas
Pero si hay almas in pectore
Doncellas encerradas en el castillo de la calavera
Me gustaría ver una
.
Vibrando en su candela
Persistiendo en su estima
Apagada y serena
Ligera y dulce
Brusca y eterna
Verla en su asunto
Sentirla comportándose
Como lo hacen las almas
Quisiera ver una para preguntarle
Cuántos cuerpos ha usado y qué del mío
.
Siete
Sueño el barro y la arena
Y acezante el pecho porque construyo
Una casa en el medio de un continente íntimo
Yo soy el paisaje y el agua
La luz y el hombre
El cansancio y la pasión
Yo pongo todo para que el sueño cunda
Y también me sé la desmemoria
.
Tuve un sueño demasiado claro
Como un plan de mi mente
Pero sé que fue un sueño
Porque no lo recuerdo
A veces veo un trozo
De ese sueño tan viejo
Y trato de retenerlo unos segundos
Pero la noche lo disuelve
Con gemidos
.
Labios entreabiertos
Ojos suplicantes bajo las cejas femeninas
Y es como un sufrimiento que nadie calma
Y te mira con extrañeza y pasión
Como todo el que pide amor
.
Es tan subyugante, arde en un fuego tan íntimo y dulzón
Es la mujer de los sueños, la que está ahí para que la amen
Alguien se quedó soñándola desde el pasado
Su presencia huele a aceite de nardos como si la hubiera salvado Jesús
Y si es ella quien está soñando
Entonces todos somos inventados
.
Diez
A partir de mirarlo es que lo vi
prendido en fe palúdica el Bautista
hediondo a náufrago
un ángel agitaba el agua
Y Jesús deambulaba por la playa
Con la sombra adelante
Anunciando misterios en la arena
«Es el Cordero de Dios» dijo Juan
y desperté caído en el sofá
donde he soñado con placeres
que tengo mil viñedos
que navego el Caribe
y no me había asombrado tanto en esta sala
hasta que entendí a Juan diciendo
«Es el Cordero de Dios»
Dios escogió a su hijo para sacrificarlo
La gente acuchillaba palomas, cabras,
gallos y promesas en vano
y Dios dijo que su hijo era un cordero
para que la humanidad lo matara
y descubriera el modus operandi del amor
era un hombre obligado
a restituir la mansedumbre
era un cordero magnífico
caminando hacia su muerte
el cordero sangra en sueños y en la vida real
empapando hasta el ala de una polilla
sueño que sostengo una mano suya y la clavo
oigo el chasquido del dolor
ojalá que suene el teléfono
y me saque
de este remordimiento ciudadano
quiero pedirle perdón
desde la vida real
al cordero intercostal izquierdo que me agobia
.
Once
Habrá que decidir la vida de una vez
Habrá que beber el agua de la fuente verdadera
Ha pasado tanto tiempo
Pero yo no hice las pirámides
no inventé las escrituras
ni he buscado la eterna juventud
Aunque lo presienta no he visto un ángel
Hubo algunos segundos en que supe
Cómo ha creado Dios todas las cosas
El diamante, los egos, la uva, el mendigo
La barbarie molesta
La inteligencia alucinante
Ardo en busca de una óptica
despierto no me hallo
dormido no acierto
Se puede prescindir de esta turbia sensibilidad
Pero no es posible olvidar al Cordero de Dios
Esa sangre me aturde
Esa sangre me escarba lo arbolario
Esa sangre que manchó el cosmos
.
Esa sangre tan poquita y tanta
Paso al lado del televisor y los vellos del brazo se levantan
¡levántate vello!
¿qué vamos a hacer con ese compromiso?
Ahora no se si estoy despierto pero sufro
.
Doce
Quién pudiera comenzar de nuevo
Desde el nacimiento
Como un ignorante cargado de semen
Para repartírselo
A las tunas
para que se lo traguen las hormigas
para que las mujeres lloren por uno
cada vez que lo miren en el hueso
.
Las tunas de mi pueblo
Nacen en tierra roja y agrietada
Cerca de los cujíes espinosos
Todo envuelve en espinas su ternura
Una paloma anida en el mogote
Sus huevos diminutos son mirados
Con ardor por la aguda lagartija
Yo no me voy a ir de esta sequedad dice la sed
Los ojos brujos en el espejismo
Esperan autobús en el añil
.
Y un manchón de asno solo
Cruza lejano
Cargando soledad
Que es todo el peso
del mundo
por encima
.
Soñé con tunas
Brotando en tierra roja
Soñé que me espinaba las pupilas
Estaba llegando a la ciudad
El autobús marchó sin altibajos
La parada final me despertó
Y el hervidero de neón hizo el papel
de que la ciudad me recibía
Y en ese entonces me quedé atrapado
Entre el sueño y la vida
Y juraba que jamás había huido
de esta casa tan húmeda de ayeres
con su techo de tejas aplastando
el perverso zaguán
Apenas salgo a la ventana y veo el empedrado
Y nadie me saluda
Y ni siquiera sé por qué sufro esa imagen
.
De la mujer soñada
Cuyos ojos suplican, cuyos labios murmuran
grito mañana y tarde para que aparezca el río Jordán
Y no veo los pozos de Jerusalén
Llamo a Natanael por la ventana
y los seres que pasan no se inmutan
estoy como castigado en una lejanía
petrificado en un paisaje tremuloso
¿soy hombre o soy mujer? Porque mi voz se escucha
entre el aire que deja el gavilán primito
y la tierra que cruje bajo el chivo muriendo
ojalá que suene algún reloj
y alguien abra los ojos.
.
Trece
Corría despavorido
Por los callejones
en un pueblo sin asfalto y sin cemento
de pura tierra el pueblo
ventorrillos y humo
respiraba y huía
Me perseguía con su cuchillo al aire
Un hombre de implacable furia
Era imposible que su brazo errara
Moví las piernas como nunca
Y atravesé un gentío
Indiferente y hosco
Vi una casa adornada con banderas
Y globos de festejo
Entré buscando asilo
Una muchacha disfrazada me guió por los solares
Me llevó a las afueras
Y me dejó en la acera de un abasto
Donde se aglomeraban mis amigos
Entre el hablar y el beber
«te diste tu postín… pero has llegado»
me dijeron con cariz alegre
como si yo supiera que tenían esa junta
me dediqué a mirarlos al desgaire
con ganas de marcharme
y sin hallar el modo de explicarles
que habían muerto hacía tiempo
que no podían beber cerveza en una esquina
.
Catorce
Supe que estaba soñando
Cuando entré en ese templo
Que se destruye y reconstruye
En apenas tres días
Una virgen llorando sangre
Una penumbra fresca
Un altar mayor insoportablemente recargado de oro
Los bancos vacíos
El ligero perfume de la madera herida de termitas
Todo era soñación
Porque repasé la breve historia personal
Las palabras acumuladas
Las frases preferidas
Los errores y el placer vividos
Exprimiría una naranja en mi boca
Perseguiría un arroyo transparente
Dormiría bajo la sombra de un samán
Aceptaría sin desprecio el alivio
De los que acuden a un velorio
Persistiría en el estremecimiento inexplicable
.
Ante el tarot del cuerpo femenino
y el millón de soles que alumbran
un alma de mujer
.
supe que estaba soñando
porque sentí terror al abrir una puerta
porque amé sin objeto
porque quise desollarme vivo en un apacible jardín
me vi las manos y eran otros dedos
toqué mi cara y había otra nariz
pero el sentimiento sí era mío
constaté lo dormido
cuando una voz horadó la penumbra
y comencé a palpar oscuridades
a usar el tacto para buscar salida
«¡levántate¡» «¡ven afuera¡» ordenaba la voz
y en medio de la pestilencia de todo despertar
vi la luz de la vida
vi la ventana
y el ventilador
que estaba parado como un hombre.
.
Quince
Este varón cansado
Este hombre encanecido
Este iluso civil atormentado
Sale a comprar verduras y canillas
Y la suerte lo elude
El cielo no lo ampara
La bondad no lo premia
El deseo y el aprecio no habitan las miradas que lo miran
Este varón marchito de semen resinoso
No levanta la envidia y sus revuelos
No calma las pasiones de ninguno
Tan sólo paga impuestos y accesorios
Este civil normal y en decadencia
Con algunos lunares peligrosos
Llenándose de pelos
¿qué debe hacer
para seguir garantizando
al corazón como inquilino?
Buscar asilo en otro continente
Y por eso se ha ido hacia los sueños
.
Este varón cansado de su cuerpo
Se ha ido hacia el profundo horror de la inconsciencia
Para ver cómo son las rosas amarillas y las rosas rosadas,
las blancas y las rojas
Y a qué huelen sus pétalos y sus tersas entrañas
En el brumoso mundo
Que cabe en la cabeza
Esta que ahora angustia
Con su pelo bañado de sudor
.
Cabeza que dormita en los desprecios
Despeinada en su propia saladura
una vez fue de niño
Y le ponían aceite perfumado
Y la peinaban con amores tibios
Y le daban un beso
Para que lo llevara como bastimento
Hacia un futuro que para bien o para mal
se puede estremecer
Y hoy me estremezco a merced de recuerdos
Un tintineo de plata como de espanta-espíritus
Una olorosa sombra de arboledas en celo
Y perdiéndolo todo pero guardando el beso
Cargando el beso
.
Hasta los besos sin amor perduran
El mío es un ave fénix sobre la frente de la infancia
El rostro de mi madre poco a poco cayendo
.
Yo tengo un solo beso
De cuando era inocente
Y voy a conservarlo eternamente
Hasta que mi espíritu castigado
Se saque el plomo de la culpa
Y nadie esté soñando que no aguanta
El peso de mi beso.
.
II
.
Noli me tangere
Ronca, ronca, suda la barbaridad
mírelo nomás que está tan tímido
Jesús sueña con una brisa perfumada
Y es María Magdalena armando un giro
De brazos discutiendo
Con los otros discípulos
.
En un rincón del sueño
Judas Iscariote se arrincona
¿Por qué discute María Magdalena?
Pregunta Jesús en el cuarto oscuro del soñar
Y María Magdalena se arrodilla y reza
Para no responderle
.
Si ella no fuera una pluma
flotando en su fe
le soltaría una avalancha de preguntas
Tanta historia que contaron
De su nacimiento
Y nadie recuerda haberlo visto
adolescente o juvenil
cuando su cara era lampiña
.
Diecisiete
Cargo la rebeldía
Vago en la tempestad
Está vestido de azul el ángel
Que se cayó en el mar
El y Juan el Bautista
estudiaban en cuevas
A la sombra de las rocas del desierto
Se sentaban a meditar
con las manos hundidas en la arena caliente
Con los ojos ahitos de espejismos
Y el estruendo de la voz celeste
Curando sus oídos
.
Les tocó vivir un mundo sin hechura
Tenían el infinito en la lengua
Cada palabra que pensaban
Era un kilo de fe
.
Flacos del todo huesos
Que somos flacos de verdad
Y estos espíritus enormes
Se van a desbordar
En al mañana del mañana
Dirán que perdí la cabeza
Porque una mujer bailó
Como si un vientre y siete velos
Fueran capaces de acelerar un hacha
.
Tú morirás para ayudarnos
A entender el amor
Y no lo entenderemos
Hasta intuir
La razón del cordero
Único, lánguido y primero
Que es la sangre y la espada
El filo y el costado
El agua y el pez
.
Dame un cuchillo más
Apunta al cuello testarudo
La lana enrojecida la pones tú
Los borbotones saldrán a ver
.
Dieciocho
Judas Iscariote está mirando
Desde el fondo del sueño
Y Jesús le hace un gesto
.
Nadie puede asegurar
Que no se vieron a solas
Jesús y Judas en alguna parte
Para desearse suerte
.
Sólo Dios conoce la jugada
Y el resultado
él reparte pérdidas y ganancias
La sospecha de que conversaron
Sus asuntos
Es un soplo divino que se posa
En el alma
para escocer
como lo hacen todas las sospechas
.
Diecinueve
Cuando dormían soñaban enfiebrados
Con satanás y sus ventarrones
El diablo y sus tormentos
Con atarrayas arropando el agua
Y pescando el cardúmen de los miedos
.
Veinte
Vengo a morir caramba
Vengo a traer el templo
Para que lo desmoronen
Sufriré por usted
Y mi templo de nuevo vivirá
Para que usted lo siga destruyendo
Veintiuno
El pueblo siempre se equivoca
Pero pide perdón
Y vuelve a equivocarse
Los que dirigen
Rechazan la verdad
Y nunca se arrepienten de usar la mentira
Como herramienta de trabajo
.
Todos los equivocados,
Soldados y civiles,
se sintieron eufóricos
el viernes
los viernes son un precipicio
.
se reían y gritaban que cargaban al rey
había matas que necesitaban agua
hubo florecillas de pared
hombre que sufre viendo las caras
riéndose cual la leche en el beber
¡por aquí va pasando el rey¡
lo golpearon y se burlaron
Lo humillaron hasta quitarle peso a la humillación
Es el hijo del carpintero
Asegurando que su padre es Dios
Dónde habrá aprendido a leer como los sabios
Reviéntale las costillas para que sepa
Que no queremos locos en estas calles cuerdas
.
Veintidos
Siempre he tratado de no pensar en eso
De no inmiscuirme en lo ocurrido
Me altera mucho imaginarme aquello
Pero he soñado el calor del mediodía,
El hervor del comienzo de la tarde
Y ese instante de miopes corazones parpadeando
Sobre la imagen agobiada
.
Soñé que iba por el callejón que incita al Gólgota
Al promontorio de la Calavera
Un terreno estéril con manchas pestilentes
de matadero que se anega
Jesús caminaba con la frente bañada en sanguaza
Porque las espinas de la corona se hundían bajo la piel
Su barba y sus cabellos se entiesaban con pegostes de sangre
Un forastero fue obligado
a ser el ayudante de Jesús
cargando el estribor de aquella cruz
Hecha con dos troncos tan pesados
Que iban escribiendo sobre el polvo
La inclemencia y la melancolía
era una cruz rasposa
yo soñaba que andaba con un muermo
las mujeres lloraban y asustaban
sus sollozos de tanto sollozar
las mujeres que creían en milagros
y bramaban en Jerusalén
¿Quién es esa mujer que grita como gaviota caída? pregunté
sin esperanzas de que me respondieran
y yo mismo contesté
esa es María
la madre de Jesús
la imaginaba muerta,
Jesús era áspero y tan seco
aunque sólo tenía treinta y tres cumpleaños
sin ser felicitado
Hablaban de que sus mesas y sus sillas
Eran muebles sin gracia y sin paciencia
Y he ahí una obra en dos maderos
Para que no se burlen del oficio
.
Veintitres
La madre de Jesús avanza adolorida a duras penas
Las otras Marías la acompañan
María Magdalena empuja y se abre paso
Y a nadie parece importarle que la Madre
Desfallezca de dolor y sed
Ella tarda en llegar
Al lugar de la crucifixión
Sufre por los tres hombres que abren sus brazos
Como si pudieran volar
desde tan lejos no sabe quién es quién
Cuando mira de cerca hay un martillo
Que va cayendo sobre el largo clavo
Del rosal de las rosas que en la muñeca temblorosa
Riega Jesús de Nazaret
.
Díle a mi vieja que no llore
Que va a sufrir cuando se vaya
que va a gemir cuando se duerma
Y va a sentirse amarga
.
Están a punto
De terminar señora
faltan dos clavos
que ya vienen
en esa mano
que se acerca ahora
.
Que no terminen tan rápido
Que el tiempo retroceda
Que la madera se deshaga
Que los clavos de derritan
Que su cuerpo se convierta en aire
.
Veinticuatro
Cada golpe de martillo resuena
Nueve veces
Y en seguida se escuchan las vocales del dolor
.
Con plena lucidez al martillar
El crucificador coloca el clavo en la juntura
A las tres de la tarde del viernes
Estaba clavado en la cruz
.
Unos lloraban y otros reían
No se podía llamar festejo
Pero Jesús permanecía
Sin un quejido viendo
.
Y el sitio se llenaba de mujeres llamadas María
Llorando y rezando asustadas
De lado a lado los ladrones crucificados
En el centro Jesús
Apenas horas antes Jesús hacía milagros
Se escondía para que no lo asediaran
Los ciegos veían, los muertos renacían,
Sacaba los demonios de los endemoniados
Y lo hacía a la vista de todos los incrédulos
Pero no creían
«Si fueras el hijo de Dios te salvarías de esta»
le dijo uno de los dos ladrones
el otro, que también moría lo reprochó
«deberías creer en él. Cuando estés en tu reino
acuérdate de mí»
y Jesús, agradeció esa fe.
«hoy estarás conmigo en ese sitio» le respondió.
Abajo lloraban las Marías y estaba con ellas
El discípulo que amaba Jesús
Tan atolondrado y boquiabierto como yo
mirándola con mucho esfuerzo
Jesús dijo a su madre
«Madre: he ahí a tu hijo…hijo he ahí a tu madre»
y después de eso María visitaba la casa
de ese discípulo cuyo nombre
podría ser Juan o no.
Así pasaron las cuatro de la tarde. Algunos se aburrieron
Porque ya no cabían más burlas
Los soldados se habían jugado hasta la ropa de Jesús
A los dados
Lo dejaron semidesnudo.
Los dos ladrones comenzaron a morir.
Algunas personas, antes de irse
Detallaban a los tres crucificados
Trataban de ver en qué se diferenciaba Jesús
Y no podían averiguarlo
Las Marías se salaban con sus lágrimas
El discípulo que amaba Jesús
Trató de llevárselas de allí
Vámonos que esto me duele mucho
Yo trataba de mirar en ese sueño a ese discípulo
Y no lo podía distinguir
a las cinco y media de la tarde
alguien lanzó una piedra
que rebotó en la cruz y cayó por la grava
y rodó hacia cualquier parte
un centurión puso en la punta de su lanza una esponja con vinagre
y le mojó los labios a Jesús
que respiraba por última vez
«¿por qué lo has abandonado?» grité
como si fuera conmigo la tortura
y tronó la voz de Jesucristo, un ciudadano tan desmadejado
que nadie supo cómo ardió ese trueno
«¿padre: ¿por qué me has abandonado?»
y en ese instante falleció
sonó el vozarrón y cayó su cabeza
en un gesto de pájaro
murió al pronunciar la palabra «abandonado»
y eran las seis de la tarde.
Un soldado levantó su lanza y la hundió en un costado
Confirmando la muerte
El cuerpo no tembló
La lanza no hurgó espasmos.
El cielo se carbonizó, con el sol apagado,
la tierra comenzó a temblar
los gritos de terror más allá de los muros
agrietaban la tarde
.
yo vi la sangre de Jesús
roja y pertinaz goteando piedras
las moscas nunca sabrán lo que probaron
.
las mujeres de Jerusalén
eran las únicas que entendían
y por eso lloraban y seguirán llorando
.
fue la tarde en que Dios
ese circuncidado de corazón
dejó de ser tribal
un segundo después de que Jesús
lo reconociera como padre.
.
Veinticinco
Soñé que eso ocurrió el viernes
Y que Pilato le entregó el cuerpo de Jesús
A José de Arimatea
Ya la ciudad no soportaba
Ese paisaje
José de Arimatea recogió el cadáver de Jesús
Tú sabes: sacar este clavo con hilachas de carne
De la muñeca del maestro
Hacer lo mismo con aquellos otros
Escuchar el crujido y oler la carne abierta
José de Arimatea se lo llevó a su huerto
cubrieron el cuerpo con sábila y con mirra
lo envolvieron en lienzos
Y lo metieron un sepulcro recién abierto como sus heridas
Cubrieron la caverna con una enorme roca
Nadie quería recordarlo el sábado
.
En la mañana del domingo
María Magdalena y la Madre de Jesús
Fueron a buscarlo
Y la tumba estaba abierta
Ellas anhelaban la realidad del cuerpo
Y sólo había quedado la mortaja
Jesús se apareció de repente
y se le acercó a María Magdalena
ella pensaba «¿quién será este hombre?»
y lo reconoció cuando él dispuso
Ella estiró sus brazos y Jesús dijo
No me toques
porque aún no había subido
hasta donde tenía que subir
.
no mostraba hábito de muerto
se movía con su habitual certeza
las mujeres de Jerusalén
continuaron llorando y anunciando
la buena nueva:
Jesús en verdad
Es un resucitado.
El desde chiquito
Era tan diferente
Decía María, la madre,
No se quejaba de las caídas que marcaban
El ensayo de sus primeros pasos
No lloraba como los demás
Y cuando me tocaba las mejillas
Con sus manitas que eran de muselina
Se me quitaban los dolores
Que toda madre tiene
Se me atenuaban los dolores, María Magdalena
Ruego ahora que se nos calmen
Ruego ahora que palidezcan
los hematomas del destino
.
Y yo las miraba dialogar en mi sueño
Deseando consolarlas
Me postré en un rincón, las manos me sudaban
Y entonces escuché la voz serena y tibia de Jesús
Anidando su magia en mis oídos
Recuerdo que me dijo
«vamos, Judas
debemos conversar en el jardín
mientras sopla la brisa»
y desperté aterrado
afiebrado, balbuceante en el susto, sudando vértigos y estremecido
.
porque yo conozco
sus conversaciones.