Peregrino de vidrieras

Avenida Baralt

Este no es mi lugar

soy una raza extraviada

cantan en orfeón los pajarracos

enfranelados de sodoma y gomorra

en la periferia del volumen

.

Voces que tropiezan, ojos que roban

trepan la ramazón de una atmósfera

anuncian que se están yendo

y agitan raíces.

.

Calles emponzoñadas

chopsuey de zapatos

.

Me mordió la avenida Baralt

la tarde del viernes

culebra atragantada

de buhoneros y carros

mujeres sin milagros

buscando templos

en el infierno de la bisutería

.

El último sol bajó

la santamaría de una sombra

Y me lanzó una capa

en la entrada del bar

no pensé en estrellas

porque mi espíritu asume

que jamás hubo cielo

cubriendo la ciudad

.

Resquemor

Dolor de luna cariada

y ausencia de amor

en esta música de víboras

una moral de último momento

envilece el saludo

en la avenida Baralt

un policía

piensa dos veces algún resquemor

el hedor a orina

bruñe el asma

paso al lado de un cajero electrónico

y una mujer se inclina

sobre la pantalla

tiene nalgas sumisas

aunque su rostro

está clavado

como un hacha

en la soledad de la carne

.

A juro

No soy libre

cada sitio es una cárcel

siempre ando

a juro conmigo

aunque anide en multitudes

nunca puedo salir

aleteando en negro

del confesionario pectoral

donde escucho el ayer

un ser patético que grabó sus conversaciones

en el sabor del mango

espectro sentado en mis honduras

reacio a diluirse

grumo de fe absurda

la avenida Baralt me ha mordido

el talón de Aquiles

y todos sus peatones andan atiborrados

de reclamos íntimos que no quieren oír

..

Restaurante

Alfombra roja barata

que haces penumbras

para que la tristeza se sienta mal

te sobrevolé en el restaurante

las mesas tasajearon mis muslos

sólo había una pareja tocándose

nariz con nariz

el baño era una incrustación geométrica

oriné encima de una colilla de cigarrillo

y cuando salí

el barman me observó

despectivo y grasiento

enfoqué su identidad

ojos de traicionado, boca de chofer,

castrado de la tierra

colilla destripada

me fui a llamar por teléfono

creyendo que estaba en 1970

y mi mujer quería que yo la llamara

.

Voz de radio

Este país ha repartido mal

se lo digo yo

en esta acera

sacándole el cuerpo

a la sayona de la mendicidad

amenazado de comercios

subo la avenida

pisando una goma de chicle

en pareja con la muerte

¡caramba, muerte!

y lo único que soy

es un rezo incompleto

una oración manca

que gira en mi cabeza de radio

interferencia enmarañada

voz de mujer

vibración de rosas blancas

resurrección de la carne adolescente

es una voz amarillenta

ambarina, babosa, como agua de linaza

si tuviera un dial

si pudiera sintonizar esas palabras

.

.

.

Avenida Urdaneta

Nos vemos mañana

a lo mejor de diez a once

no se si volveré

a estos predios

pero insisto en que vendré

bajo hacia el oeste por la avenida Urdaneta

un ladrón me pide un cigarrillo

es lo único que me va a quitar

tiene un diente flojo en la sonrisa

brotan mesas de libros

un hombre vende libros que no lee

tomos engangrenados

tan shakespereado y tan sin Shakespeare

hongos atragantados de poesía

podrían subyugar a ese hombre

una anciana con cara de puta

extiende la mano

empiezo a reír

como el ladrón

y Dios sabe que no soy así

pero los autobuses lo tienen atolondrado

allá va en el aire

allá se esconde

está solo y huye

.

Lotería

Voy a comprar el cero cero

el ochenta y seis

el dos mil veinte

la lotería está obligada

a ceder

de tin marín

cuento en la avenida Urdaneta

a ver dónde compro

el número que me va a dar

el avión y la piscina

diferentes idiomas chisporroteando

por encima de mi traje de baño

yo mirando a los habitantes de las playas

mujeres envueltas en aceite

hombres de magazine

whisky con agua de coco

antes que me destierren otra vez

dame el cero cero

insisto al vendedor

y sin alzar la cara responde

que no quedan

un hombre renegrido se arrastra por la acera

sin traje de baño

negando la existencia del mar

negando las palmeras

aún siendo un náufrago

.

Espejismo

Mi mujer siempre fue

una aparición

un encanto

de pozos antiguos

en su barrio

había calles con postes de madera

las mariposas caían en los charcos

manoteadas de sol

la tosquedad municipal paralizaba el mediodía

y ella surgía

sobre el asfalto agrietado

como una ninfa de vapor

hoy sigue siendo alucinante

acabo de verla flotando en el pasillo

y nunca le he preguntado

sobre su artera condición de espejismo

.

Esta sangre

In pectore me trajo

una bodega negra

salado pezón de balandra

en la boca del viento

y como rumiando el eje del dolor

la espuma del mar de las Antillas

dejándome en la playa

como una cucharada de remedio

.

Tonos

Resistir como una sombra en la nieve

Morir como un azul añil

.

Muchacha

El virgo de la esquina

salió a pasear

así la llaman

hombres arracimados

que estiran sus pescuezos

aunque jamás

encarnarán al cisne

hombres

que dejan caer la llave inglesa

grillos asomados

por la grieta vaginal del trópico

ojos que cortan con el parpadeo

al sentir el golpe de los muslos

galopando la seda del vacío

yegua cardíaca

muchacha en la brisa

venus transitoria

antílope de luz

que todos quieren atrapar

en una sensación

de espesura solitaria

donde se pueda romper todo lo que gime

.

Abismos

Se me vence la piel

se me duerme la carne

el alma azota

los abismos

como murciélago perdido

.

Pájaro

Si mi sed fuera sed de rocío

viviría y moriría

en la montaña

la felicidad consistiría

en romperse el pecho

y hacer brotar el corazón

flor asustada

para que la chupen y la olviden

para que el sol la seque

y las noches la pudran

si a mi sed la calmara el rocío

sería el colibrí

que chupa corazones

.

.

Avenida Lecuna

Cien kilómetros de nubes

y un parpadeo de sombra

.

Los sueños que desfilan

en el siglo de una noche

dejan un fragmento

de lo inatrapable

.

La calle se llovizna

sin dar olores buenos

y se enmohece de voces

cuando escampa

.

La tarde desmoronada

en la avenida Lecuna

se convertirá en grumos

para las mujeres de las esquinas

.

El lamparazo de un neón

revelará la cicatriz de una cesárea

se besarán dos extraños

y el colchón será duro

hasta que la madrugada

abra sus mapas

.

Las máquinas de café resoplarán

buscando almas viajeras

y los autobuses llegarán en cardumen

para que los pesque el destino

.

Cómo será de viejo el mundo

que la podredumbre aprieta

el caballo de la plaza

corre con los balcones hacia el olvido

.

El bronce se entristece, el mármol mendiga

y en el banco duerme un hombre

hediondo a historia como los héroes

.

La tarde granza

unta su pócima de adioses

en las caras

mirando las torres del centro

me entró de basura en el ojo

el gesto fugaz de una ventana

que era como de mujer llorando

como de secretaria en sufrimiento

y yo caído corazón malvado

.

Avenida México

Quién sabe cuántas almas

me contemplaron

choferes, buhoneros, peatones, pasajeros

sudaban turbios

de mis ojos fluía la desazón de vivir

flor de carne añorada, hurto de cielos,

felicidades burdas

ayeres deslucidos

mañanas de poca monta

el fracaso del cuerpo

criando espíritu

la muchedumbre

odiaba mis ojos

por los lados de la avenida México

.

el infierno de todas las madres

quemaba mis pupilas

.

yo fui la cruz sin el hombre

el Gólgota sin María

el radioescucha de los pecados

hasta que el semáforo

rezó y pasé

.

Plaza Venezuela

Una desventura baja en ascensor

y otra desventura

inunda el quiosco

en la plaza Venezuela

mi perfil pasa

sobre un cementerio

de aborígenes y españoles

soy un peregrino de vidriera

.

El solazo ciego

que jinetea en el aire

es un profeta

que enloquece grillos

para bautizarlos en la fuente

.

Los enamorados

miden la acera

con su cargamento

.

Una muchacha

deja caer sus ojos

en el macadam

la calle se evapora

cada vez que se desgajan

esas miradas de uvas malas

.

El cargamento de nancys

llegó dormido

al terminal que asocia

lejanía y esperanza

.

Kirieleison

No sé si tú

te embarcas

en la ciudad tardía

no sé si tú te vuelves

un monte cuando duermes

porque yo en una sola dormida

he tenido ciruelos

con turpiales doliéndome

en esta sensación reseca de Catuche

me he quedado mirando la pedrera

a espaldas de la mar

y el rosario de la nevera

repite su credo protector

para que el Avila no me lleve

Dios me deja observar

las sensaciones de los demás

pidiendo ayuda, el artífice

.

Dios: tú que estás abarcando

el lado donde no estoy

dime para qué quieres que te pase

hacia la sordidez de estos ejidos

cuyo río es tan triste

que te puedes morir como una garza

en el légamo con kirieleison

de Bello Monte

.

Autobús

Todo lo primero

es un borde misterioso

todo lo que se ignora

es una canción

que petrifica

cuánto dolor tendría que darte

no saber lo que sueña el colibrí

estoy pensando eso en el autobús con la cara

de una señora

en plenos ojos míos metida y un dolor sísmico

subiéndole desde los labios al cabello enlacado

y su pecho amasa blandamente filosos recuerdos

que casi me lastiman.

.

Playero

Borde de luz encarnada

que señala los párpados

intimidad rendida

como desmayada en el mar

huellas digitales del génesis en las conchas

maraquean en las olas espesas

pajonales en tempestad

buceo de una estación a otra

isla en el tren

el gentío apretujado me empuja

hacia la raya amarilla que se ve tan salada

cocales de gente que ni siquiera intuyen

mi vida accidentada y pueblerina

ahora si es verdad que nadie vendrá a rescatarme

ojalá que estuvieras aquí en la escalera mecánica

menos mal que tengo tu nombre en la punta

del habla

y el corazón

almácigo de ti.

.

La sal de los días

Sin asilo en la tormenta

bruja y perecedera

cae otra vez

la negrura

haciéndome

rincón

jalo la cuerda de un borroso velero

y tú eres un briseo

sin tener mar lo recorremos

una sardina a tus pies

un anzuelo en los dientes

la vela vibra en mi respiración amaneciendo

tú me das la sed

tengo que bajar varios pisos

para sumergirme en la ciudad

la ballena del edificio abre la boca y me vomita

un niño bosteza en la acera esperando

el transporte escolar

tiembla cuando paso

y los dos sabemos

que alguien nos mira

y que nos podemos volver sal

si respondemos.

.

Apartamento

Huérfano de mar

sueño sus brumas

peces espada

heróicos

rasgan esta mirada

que los pesca

realmente duermo

en una playa

cada vez que duermo

Y estás al lado

mis pies marcan esta cama de arena

y a cada rato una ola

de tus sueños

me salpica

no quiero despertar

porque entonces el televisor

se va a encender con sus continentes

y voy a tener que adivinarte

desde el frustrante estribor de la vida nocturna

que es tan solitaria con sus luces allá afuera

y estos muebles desgastándose acá adentro.

.

Saludos

Le pido la bendición a mi mamá

y la saludo como un boxeador desde este bosquejo

me tomé una cerveza a lo callado

escuché pasar el trago

después me puse a cantar una canción vieja,

de mariachis

en mi mente

como para que la escucharan los espíritus

jamás sabré por qué no es un extraño

a la composición de mi carne

ese sonido

más rápido

que un caballo de sangre buscando herida.

.

Los que seremos

Seremos palabras buscando quien las sienta

seremos óxidos de amor tras el aceite divino

abordaremos el aire y el agua

de los nuevos vivientes que colocarán los relojes

de sus corazones

en la molienda

el cerro soltará su polvo de arcilla sobre la ciudad

serpientes y lagartijas se asolearán en la plaza Bolívar

las moscas zumbarán en la catedral

seremos palabras agujereadas por insectos transparentes

en el habitat de las bibliotecas

lucharemos y nos derrotarán

sonreíremos por el futuro con la última sonrisa

y en el más absoluto mañana

encontrarán un sentimiento que nunca pude expresar

sobre tu presencia sagrada en el esquema de mi ruta

.

La vuelta

Como un fandango de fandanguerías

de triste faz

como calderilla en el pantalón

como solazo rutinario

volveré a las calles que perduren

a la soledad flotante

hombro con hombro las marquesinas de la tarde

del ocaso manido y maravilloso

presentirán el pólen de mi espíritu

buscando las cenizas de tu boca

resistió todo el tiempo que pudo

tendrá que murmurar el viento atardecido

quoad potuit restitit

quoad potuit restitit

y seguirá retumbando la vida

cada vez que pisen las alcantarillas

los seres inocentes y desprevenidos

que no sabrán de este amor nuestro

hasta que lo lean

.

El mercado

Por ti renaceré aun sin poder hacerlo

porque eres la necesidad de existir una y otra vez

porque no se muere muriendo

ni se fracasa sintiendo

flor ascendente flor desértica flor que se abre

solamente

en el barranco de los sueños que se roban

mi cuerpo de noche

y lo esconden como un pan de mendigo

ahora que ando despierto debo jurarte

que seremos

parte del asunto

más luminoso que suceda

aunque no sepamos que fuimos amorosas

raíces entrelazadas

al encontrarnos de repente

en el mercado de legumbres del próximo milenio

escogerás la verdura del domingo

tus manos electrizarán la albahaca cual deltas

de tu alma

y mis ojos te mirarán desde una jaula

.

Benditas

Todo es cierto y me persigno

todo lo de la urbe, el campo, la tierra y las nubes

los árboles y las hierbas

benditas sean esas certezas

en el nombre del padre que es hijo y de la madre

y de los hijos

y del espíritu santo y del pueblo de los espíritus

y de la virgen que casi me miró el alma

en el reojo místico de una puerta entornada

soy una colección de instantes y de callejas

de enfermedades y de sueños

soy el brote de la marabunta, el tallo de la sinceridad

la voluntad alargada del querer

el trompo de mis antepasados

la esquina de la espera

careceré por siempre de vacío

seré un silbido en la boca de tus tataranietos

y tú serás la canción intercalada en el cantar

y los dos seremos escuchados

como el eco de las estrellas que pasan la eternidad apagándose

.

Hace tiempo

Quisiera vivir mil años

para averiguar por qué

en mis sueños ya no hay guamachos

ni en la vida real tampoco

hace cuarenta años cuando había guamachos

ella estaba sentada

con la falda en las rodillas

de refilón le vi una pierna

y me sentí jalado

por un arpón hacia las nubes

iba entre el ventarrón de los caminos

sus crinejas se mecían de manera triste

y aquel vestido morado

flotaba sobre su cuerpo recién exuberante

era casi imposible ser un niño en esos días

Dios me veía desde la cal de mi cuarto

y yo le inventaba que esa muchacha era mi novia

pero Dios nunca se atrevió a conversar con ella

.

Ese sabor de ciudad

Todas las veces que muerdes mi amoroso cansancio de la vida

arrancas un pedazo de ventisca

en el bosque enardecido de alguien que no soy

quisiera que chuparas la esencia de mi naturaleza

no estos edificios arrumados en mi mente

construidos en mi cabeza

las cabillas atravesándome, el cemento paralizando mi lengua

sótanos de edificios en los pulmones

ascensores castrantes, vidrieras sepulcrales

que muestran el cadáver de Cleopatra

guardias infelices, vendedores de bulla,

floto en la aspiración íntima de ser saboreado como un animal

tendría que ser una calandria sazonada con las hierbas de antaño

artemisia dracunculus, orozuz, espliego,

y que rechine la calandria adobada en mi corazón

si alguna vez conozco a una calandria

y tú quieres que cante a fuego lento

Todas las veces que muerdes

mi amoroso cansancio de la vida

me siento en coma blanqueando los ojos igual que la urbe

hacinado y sucio como la urbe

gusano cabecita negra en la gusanera de la especie

cuando tomamos café y nos miramos tomando café

escuchando la radio sin dejar de pensarnos

se que he matado un dragón humilde

y que he dejado vivo al caballero maligno que te susurra sus venenos

en mi torre de carne

en el ajedrez para sufrir.

.

.

Avenida final

Acurrucado el hombre se rinde a los fantasmas de su carne

y duerme sus horas de vida como un enterrado

el frío enrrollado va volviéndose calor de perro

el perro que fundó la ciudad

ladrándole a todo movimiento

que caiga un pan viejo que caiga un hueso con hilachas

vamos a comernos juntos la civilización urbana

yo le pasé la lengua a los cadáveres de la colonia

yo le pasé la lengua a los cadáveres de la independencia

y me escondí contigo en los camburales

A medida que avanzo con los ojos en posición de cuchillo

la ciudad va mostrando sus carnes

este ensayo de cementerio, este gesto de lo que no conocí

esta angustia de lo que no conoceré

el puesto de periódicos, la iglesia, el bar, la peluquería,

el olor a pollo frito, la venta de lotería, la pasión desenfrenada del ciego

que canta cumbia y sopla una armónica

chispeando saliva contra ese sol tan negro

y suplicante

Ahí va la caravana presidencial allá viene una estudiante vestida de azul

estoy que me dejo caer largo a largo

ante las últimas arboledas

y el ladrón que corre y la nube que pasa por el edificio de vidrio

me devuelven la impresión

de que estamos haciéndole el relevo a los muertos

Dame un café marrón, dame un pastelito

¿qué es lo que le operaron al portugués?

esa pintura que se va enrrollando en virutas

bajo la calcinación de los días que jamás se salvarán

esas virutas que la otra vez

se me pegaron al paltó cuando me recosté para escuchar

las quejas de la tarde mirando carros

la ciudad no germina ternuras ¿por qué nos va a querer la ciudad?

nació del miedo y el miedo la torna luminosa

El ombligo de la muchacha mira la hondura de la calle

los edificios se descuadran, los hombres se encurrujan

el gringo de la mochila se queda abrasado

cuando Dios escupe un salivazo de sol

y las caderas parecen un baile árabe

para que lo urbano hierva en semen

mientras el ombligo se va tal como se fue

un ombligo más que se desintegra en la avenida

.

Del Libro: Peregrino de vidrieras. José Pulido. Ediciones Pavilo. Caracas 2001.

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