¿Qué día nació y en que parte de Venezuela?
Nací el 1 de noviembre de 1945 en Villa de Cura, estado Aragua
¿Qué razón lo motiva a escribir?
Cada ser humano nace con facilidades para unas cosas y con dificultades para las otras. Hay quien nace para hilar fino, para matar, para sembrar, para enfermarse, para cantar, para resistir bajo el agua, para correr más que otros y así sucesivamente: no sé a qué se debe. Yo tengo la facilidad para escribir y la necesidad de hacerlo por el puro gusto de lograr que una frase conmueva, retrate, alegre o sencillamente exprese lo que he sentido al construirla.
¿Para usted “escribir “es una profesión o un hobby?
Mi profesión es la comunicación social, el periodismo, que se debe realizar conociendo el lenguaje, escribiendo y hablando. Escribir no es una profesión. Es una obsesión por poseer el arte de la escritura. Cualquiera escribe, pero no cualquiera puede hacer de la escritura un arte. Por lo tanto no creo que haya alguien que tenga la escritura como hobby. Eso hablaría muy mal de esa persona.
¿Qué es lo más difícil de ser escritor?
Conseguir lectores que entiendan.
¿Qué le hizo saber que se dedicaría a ser escritor?
En la infancia estuve enfermo y debí guardar cama durante más de un año. Me llevaban libros y colecciones de historietas. Hasta que descubrí el placer de leer. Me desmayaba cuando leía algo impactante o extraordinario. Y quise lograr eso algún día. Publiqué mi primer cuento a los catorce años de edad.
¿Tiene alguna rutina para sentarse a escribir?
Me levanto todos los días a las cuatro de la mañana y escribo hasta las ocho de la mañana. Después lo vuelvo a hacer durante el día entre las seis y las nueve de la noche. A esa hora me acuesto.
¿Tiene alguna musa de inspiración?
Primero mi esposa: para ella escribo. Luego me inspira la ignorancia perenne que me posee. Ignoro tantas cosas, que todos los días también dedico mucho tiempo a la lectura: leo en cualquier parte, en cualquier espera. Acudo a los grandes autores, a los fuertes, a los que nunca serán olvidados. Y leerlos me inyecta fuerza, pasión, deseos de seguir escribiendo.
¿Cuál o cuáles autores lo inspiraron para escribir?
En la infancia Rómulo Gallegos, Salgari, Jorge Amado; después Dostoievski, Kafka, García Márquez, Faulkner, Borges, el Dante, Shakespeare, Flaubert, tipos así.
¿Cuál es su mayor logro literario?
No tengo un logro que se pueda medir en éxitos, en reconocimientos, en respuestas de esa índole. Sólo he logrado mantenerme escribiendo con la idea de alcanzar una expresión más elevada.
¿Cuál es su peor error literario?
Cualquier error es peor. Todo lo que he publicado podría ser un error. Eso lo dirán el tiempo y los buenos lectores que vayan formándose y apareciendo por ahí.
¿De sus obras cuál ha sido la que más ha disfrutado escribir?
En mi caso, la que estoy escribiendo es siempre la que más disfruto. Pero no escaparé de la pregunta… con El bululú de las ninfas y El requetemuerto, me sentí desenfadado. Me divertí en algunos capítulos.
¿Qué está escribiendo?
Ya me he pasado cinco años escribiendo una novela histórica. Espero terminarla el año que viene.
¿Qué libro le hubiese gustado escribir?
Las mil y una noches.
¿Existe el temor frente a la hoja en blanco?
No creo que sea temor. Es más bien confusión.
¿De no ser escritor qué le hubiese gustado ser?
Cuarto bate de los Yankees de Nueva York
¿Los premios son importantes para la carrera del escritor?
Si te los dan en el exterior y pasan de cien mil dólares.
¿Cuál género no se ha atrevido a escribir?
Ningún género me da miedo. Eso no significa que pueda escribirlo con la altura que requiera cada género. Mis primeros libros fueron dos poemarios publicados en el año 1971 o en 1972. Después publiqué, hasta ahora, seis novelas, dos libros de entrevistas, uno de cuentos y otros tres poemarios. Y la biografía de Gustavo Dudamel.
¿Cuál autor venezolano actual recomienda leer?
Actuales somos todos. Y aunque lamentablemente falleció y hoy corre el riesgo del olvido, el más actual de los narradores, según mi opinión, es Salvador Garmendia. Si desean que hable de alguno que sea joven y se mantenga con vida en este mundo violento y enfermizo, les diré que recomiendo a todos los autores jóvenes venezolanos, porque debemos darles el apoyo que merecen sus pasiones. Héctor Torres y Mónica Montañés, son dos jóvenes que me han interesado siempre y he estado en algunos momentos cerca de sus divinos oficios. De los que tienen más edad: Alberto Hernández, César Chirinos, Angel Gustavo Infante, Orlando Chirinos…
¿Cuál es el libro más preciado de su biblioteca?
La Divina Comedia
¿Cómo es su biblioteca, tiene un lugar especial, un sistema para ordenarlos, cuántos tiene?
Mi biblioteca es un desastre, un caos. Y ni siquiera es mía: le pertenece a mi esposa. Ella trata de ordenarlos y yo los saco, los uso, los devuelvo arbitrariamente adonde haya un hueco.
¿Qué libro no pudo terminar de leer?
He terminado de leer todos los libros que he comenzado, aunque algunos me han llevado semanas… cuando hablo de comenzar me refiero a los libros cuyo primer capítulo he leído. En realidad, hay libros que al leer la primera página los he dejado para siempre, porque me han parecido una mala traducción o una escritura mediocre. Yo busco el placer de leer, la hazaña en el texto.
¿Que está leyendo actualmente?
El hombre común, de Chesterton
Recuerda con cuál libro se inició en la lectura
Sandokan, El tigre de la Malasia, de Salgari
¿Cuál fue el libro qué dejó una huella en ud?
Todos los libros buenos me han marcado y yo todavía no he marcado a nadie. Puedo mostrar las cicatrices que me dejó Moby Dick… pero la verdad es que el Viejo y el Nuevo Testamento están siempre en la primera fila. En especial el Nuevo Testamento porque Jesús es el poeta que me cautiva… luego el Apocalipsis es uno de los textos más asombrosos que he leído… se parece mucho a lo que Homero escribió cuando habló del escudo que le hicieron a Aquíles.
¿Cuál es el mejor lugar para escribir?
Mi casa. La casa de uno.
Un libro para iniciarse en la lectura
Depende de la edad. Para los niños que ya saben leer: Mi planta de naranja lima. Para los adolescentes: Los tres mosqueteros y Las mil y una noches. Para los jóvenes todo Vonnegut.
Un libro para soñar
Humor y amor de Aquiles Nazoa
Un libro para no leer
Memoria y cuenta de cualquier gobierno
Un libro para leer en el baño
Uno que te haga reír.
Libro de papel o electrónico
Prefiero el de papel porque tiene más posiciones que el kama Sutra: lo he dicho muchas veces. El electrónico no es un libro: es una biblioteca completa y por eso también lo cargo cuando viajo.
¿Recomienda hacer talleres y cursos literarios?
Sí. Pero lo determinante es leer mucho y escribir hasta el agotamiento.
¿Consejos para un principiante en la escritura?
Si no siente placer al escribir es mejor que no insista.
¿Considera que las redes sociales y el boom de la tecnología ayuda para la promoción de la literatura?
Esa promoción puede funcionar, pero la mejor es cuando varios lectores comienzan a recomendar un libro con sinceridad y se multiplica la recomendación.
¿Qué le falta a su obra?
Mercado exterior y traducción. Si alguna vez en el exterior dicen que soy un buen escritor entonces mis paisanos me leerán.
¿Qué tan biográfica termina siendo su obra?
No escribo novelas, cuentos o poemas sobre alguien en particular. Ando por la vida fijándome en lo que la gente hace, siente, piensa y oculta. Me examino también, hurgo en mi subconsciencia y entonces escribo.
¿Cómo cierra el ciclo de una novela para empezar la otra, los personajes no le siguen merodeando en su cabeza?
Para eso tengo la ayuda de la poesía. La poesía me limpia el alma. Afina los conocimientos del alma. Cuando termino una novela ni siquiera la vuelvo a leer. Corrijo tanto, re-escribo tanto, que termino fastidiado.
¿La soledad, el amor, el desamor y la muerte son temas recurrentes en las escritores, en su obra se reflejan estos tópicos?
Yo escribo sobre la gente. Gente yendo, viniendo, sufriendo, haciendo cosas, fingiendo, equivocándose, acertando. Sí: esos temas son obligatorios porque son humanos. El tema, para mí, no es tan importante como el modo de escribir ese tema. Uno busca lo más parecido a una voz propia. Cosa difícil. En todo caso, se trata de saber usar la palabra. La antiquísima palabra que forma parte de nuestro ser. O que es el espíritu santo de nuestro ser.
Jorge Luis Borges trajo a colación esta cita de Steiner, que me parece pertinente:
«Poseedor del habla, poseído por ésta, cuando la palabra eligió la tosquedad y flaqueza de la condición humana como morada de su propia vida imperiosa, la persona humana se liberó del gran silencio de la materia. O, para emplear la imagen de Ibsen, golpeado por el martillo, el mineral insensato se ha puesto a cantar».
Publicado en la página web: Qué Leer
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